lunes, 19 de marzo de 2012

NUESTRO AMADO LIDER

"Queridos niños, aprovechando que estamos en este hermoso claro del profundo bosque, que el sol primaveral calienta mis cansados huesos, y que ya habéis jugado, saltado y correteado por todas partes hasta quedar agotados, os voy a contar una historia muy, pero que muy antigua, sobre nuestro amado líder..."



- "¿Pero existió realmente?, preguntó el más pequeño...


- "¿Pero es cierto que sabía volar?", preguntó el mediano...


- "!Bah, pero si solamente es un cuento para niños!", dijo el mayor...


A partir de ese momento, el caos se apoderó del claro, todos los niños gritaban y reían a la vez... Pero el abuelo puso en práctica un viejo truco: se quedó completamente callado, imperturbable, hasta que de nuevo, reinó el silencio... Una pequeña vocecita dijo: "Abuelo, por favor, cuéntanos la historia..." Y entonces, con una cansada sonrisa, él responde: "Está bien, está bien, pero escuchad con atención, que la tarde avanza, y tenemos que estar en casa antes del ocaso..."


Y con estas palabras, en medio de un silencio respetuoso, el anciano cuenta su historia...


"Eran otros tiempos... Yo estaba en patio del orfanato, con los demás chavales, jugando al tú-la-llevas, al escondite, a las carreras, a nadar... Vamos, cosas de chicos... También nos gustaba pelearnos, y a veces, nuestros juegos terminaban con la muerte de uno de nosotros... lo que tampoco es raro, por las carencias tan brutales de nuestro sistema educativo, y la falta de figuras paternas... Fue durante una de esas peleas cuando Él nos separó, y nos dijo: "¿Acaso no os dais cuenta de que toda vuestra agresividad, toda vuestra energía, podéis utilizarla de una manera más constructiva? ¿No veis que de esta manera, vuestras muertes serán en vano, que nadie os recordará, que nadie pondrá flores en vuestras tumbas? ¿No sería mejor dedicar el tiempo libre, en hacer cosas más importantes para vuestra vida, como por ejemplo, aprender a defenderos?"

Esa misma tarde, comenzamos los entrenamientos, en un lugar secreto... Sólo eramos 103 alumnos, los más rápidos, ágiles y veloces... Al principio, todo era más sencillo: maniobras para derribar al enemigo, técnicas de estrangulación, barridos de las piernas, proyecciones por encima de la cabeza, vamos, todas aquellas técnicas especiales, que han dado lugar al Arte Marcial Suprema que todos practicamos, incluso ahora...


Al crecer, nos convertimos en sus más fieles seguidores, pero ya eramos más de 300 soldados, perfectamente entrenados y motivados, para seguir, obedecer, defender y temer a nuestro Líder. Del mismo modo, los castigos por incompetencia manifiesta, traición o desobediencia eran implacables: muerte por descuartizamiento, y abandono de los restos a las alimañas. Mejor preparados, más motivados, y más fuertes que las demás bandas, nos hicimos con el control primero del orfanato, luego del barrio, y, finalmente, de la ciudad entera... Sí, hubo muchísimos muertos, y no solamente exterminamos a los combatientes, sino también a aquellos de sus hijos que no servían para la lucha... De la anarquía, pasamos al Orden... Pero nuestra economía, el incremento de nuestra población (derivado de la mayor seguridad y fortaleza), la disminución de nuestras reservas de agua, y sobre todo nuestra forma de ser y de pensar, hacían imprescible una nueva guerra...


Una mañana de verano, con nuestro líder al frente, nos pusimos en marcha... Casi 1000 soldados, en el mayor despliegue militar de nuestra historia, con armas, porteadores, y un mínimo de vituallas... Alcanzamos nuestro objetivo a medio día... Mientras la mitad de nuestras fuerzas atacaba de frente, la otra mitad se adentraba en las marismas, para buscar ese camino secreto que nos permitiría burlar las defensas del enemigo... Gran parte de la batalla tuvo lugar en las marismas... Tomamos el baluarte, y exterminamos a todos los enemigos, incluyendo a sus mujeres e hijos... Pues, además de la falta de agua, necesitabamos comida... De los centenares de cuerpos despedazados en la tierra y en el agua, en un par de horas no quedaba nada...


Esa fue la mayor victoria, pero hubo otras muchas... Nuestra superior preparación nos hacía casi invencibles en la tierra y en el agua... Las poblaciones capitulaban por temor, aunque de todas formas, todos los machos eran devorados, y sus mujeres se convertían en nuestras esclavas... Todo parecía indicar que nuestro Amado Líder era invencible, y que nosotros le seguiríamos hasta los confines de los territorios conocidos... Su poderosa voz, la sabia utilización de luces y sombras, los estandartes, los cánticos, creíamos casi que era Inmortal...


Pero una mañana, desafió a los Dioses, y trepó a lo más alto de la Colina Prohibida, para que sus leales tropas pudieran verlo antes de la siguiente batalla... Una sombra se lanzó sobre él desde lo alto, sin que nadie pudiera intervenir... Desapareció, sin un grito, algunos dicen que subió al Walhalla, pero que volverá algún día... Con su muerte, terminó la Interminable Guerra... y también nuestra Supremacía..."



- ¿Y qué pasó en realidad con Nuestro Amado Líder, abuelo? ¿Realmente subió a los cielos?


- No, hijos míos, no... Cuando subió la Colina Prohibida, se convirtió en un blanco privilegiado para una gran garza gris, que lo devoró de un solo bocado... Tanto tiempo como Amado Líder, que se creyó Dios... olvidando que, a fin de cuentas, no era más que una gran Rana Toro, formidable luchadora, hábil organizando... pero de todas formas, una rana..."

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